La Central de Biomasa de la Ciudad de León y el Cuento de la Lechera

Tal y como se viene hablando últimamente, el Ayuntamiento de León y la Junta de la comunidad autónoma plantean la construcción de una central térmica de biomasa de 75MW cerca del «Área Deportiva de Puente Castro», en la finca de titularidad municipal el “Soto de Santa Olaja”.

El ayuntamiento de León pregona a los cuatro vientos las bondades de una central de biomasa que según la propaganda municipal, viene a ser algo parecido a un maná caído del cielo: una red de calor sostenible que reducirá en un 99% las emisiones de la ciudad y cómo no, generará puestos de trabajo, 30 directos en la propia central, y 90 indirectos en las áreas rurales.

El presente artículo analizará desde un punto de vista técnico el proyecto más allá de la purpurina.

Emisiones

El primer aspecto, y probablemente la principal preocupación de las vecindades próximas, es el de las emisiones. Sobre el papel, cada caldera contará con un doble sistema de tratamiento de emisiones con rendimientos superiores al 99%. Sin embargo, los filtros existentes en el mercado difícilmente pueden contener la emisión de partículas menores a 2,5 micras. Este es el motivo por lo que se recomienda que las instalaciones se sitúen como mínimo a 5 kms de los núcleos de población. Como se puede ver en el siguiente esquema, la ubicación de la central no cumple con este requerimiento:

Ubicación de la Central de Biomasa y un radio de 5 kilómetros alrededor.

Se observa que prácticamente toda la ciudad está dentro del radio de 5km, los barrios de La Lastra y Puente Castro, y las poblaciones de Santa Olaja de la Ribera, Corbillos de Sobarriba y Valdelafuente son los principales perjudicados por la influencia de los vientos predominantes en la zona. Siendo además áreas que no se van a beneficiar de la red de calor.

El tipo de partículas muy ligeras que podrían escaparse al filtrado, pueden mantenerse en suspensión durante grandes periodos de tiempo. El 80% de las partículas menores a 1micra (1PM) y de ellas el 69% menores a 0,3 micras, pueden transportar sustancias altamente perjudiciales para la salud, por ser cancerígenas, mutagénicas, teratogénicas, depresoras del sistema nervioso central, ecotóxicas y neurotóxicas. Por otra parte, este tipo de actividad genera hidrocarburos aromáticos policíclicos (benzopirenos…), metales pesados, dioxinas, furanos, etc.

Los efectos pueden no ser inmediatos, pero se ha demostrado que una exposición prolongada tiene efectos adversos en la salud, siendo los colectivos vulnerables los que se pueden ver más afectados, como es el caso tanto de las mujeres embarazadas como del feto, la población infantil o personas con alguna patología, principalmente, respiratoria.

Red de calor, ¿sostenible?

Las centrales térmicas de biomasa se consideran fuentes renovables y neutras en emisiones de CO2 sobre el supuesto de que el dióxido de carbono que se libera en la combustión es reabsorbido por la masa forestal próxima. 

Sin embargo, para alcanzar los 75MW de potencia proyectada en la central, sería necesario quemar más de 400.000 toneladas de madera al año. Este valor es varios órdenes de magnitud mayor que lo que podría extraerse del aprovechamiento forestal del entorno de la ciudad. Es decir,la madera que se estaría quemando no crecería en las cercanías de la ciudad, y, por tanto, tampoco estaría sirviéndose del supuesto CO2 generado por la planta.

Riesgo de deforestación

La alta demanda de biomasa que requiere la planta, puede poner en riesgo la salud de los bosques de la provincia, siendo la astilla forestal de chopo, el pino y el roble los combustibles principales. Si se tienen en cuenta los condicionantes de erosión, el mantenimiento de la fertilidad de los suelos y un preceptivo no aumento de la pauta de aprovechamiento en terrenos protegidos, la cantidad de biomasa forestal aprovechable sería muy inferior. Según el Anuario de Estadística Forestal del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en 2020, en la provincia de León se recolectaron 103.973,20 toneladas de leña. Una cantidad cinco veces inferior a la que demandaría solamente la central proyectada en la ciudad de León.

Dependencia de combustibles fósiles

Esto llevaría a seguir dependiendo de los combustibles, ya que sería preciso transportar grandes cantidades de biomasa proveniente del aprovechamiento forestal de bosques alejados varias decenas o cientos de kilómetros. Lo cual perpetúa la dependencia del diésel, no solo por toda la maquinaria pesada necesaria en los bosques y zonas rurales para el aprovisionamiento de la madera, sino por la gran flota de camiones que se emplearía para transportarla.

Mantenimiento de la central

Según lo proyectado, la instalación de la central supondrá la implantación de toda una red de tuberías para llevar el agua caliente a 90ºC a las viviendas beneficiadas. Sin embargo, la instalación de esta red de tuberías supondrá convertir León en un lugar intransitable durante el tiempo en el que se lleve a cabo la instalación de toda esta red de tuberías. Esto podría considerarse un mal menor si este transitorio fuera algo puntual que se abordase una sola vez. Sin embargo, no será así. La red de calor requerirá cada 25 años la renovación y reemplazo integral de toda la red de tuberías.

Qué plantea ALANTRE como alternativa

El Ayuntamiento de León debe impulsar la democratización de la energía, favoreciendo la instalación de autoconsumos en las viviendas y polígonos industriales, así como impulsar el aprovechamiento de las cubiertas de todas y cada una de las instalaciones y edificios públicos, para la creación de comunidades energéticas en un radio de 2 km de distancia desde el punto de producción. Desde ALANTRE se propone crear una oficina de la energía que se encargue de incentivar y facilitar este tipo de instalaciones.

También es conveniente actuar sobre el sistema termodinámico que suponen las viviendas de la ciudad, invirtiendo en su correcto aislamiento térmico. Un menor intercambio de calor con el exterior, requerirá una menor producción de energía. Para entenderlo con un ejemplo, mantener hogares calientes sin un buen aislamiento, es algo parecido a tratar de mantener el café caliente dentro de una cafetera, en lugar de usar un termo.

Por último, el Ayuntamiento de León debe establecer un nuevo sistema de gestión de residuos, con una recogida más selectiva equiparable a otras ciudades dentro del Estado español. Esto permitiría aumentar de forma considerable el volumen de biomasa generado por la propia área metropolitana. Haciendo un poco más viable la idea de proyectar una central de biomasa sostenible, con una potencia realista y dimensionada para la ciudad de León. Eso sí, ubicada al menos a una distancia de 5 kilómetros de cualquier población, y preferentemente situada al este de la ciudad.

El aprovechamiento de biomasa cuenta con unos impactos positivos generales para las masas forestales entre los que se pueden citar la reducción del riesgo de incendios forestales, la mejora de la masa frente a ataques de plagas o enfermedades, la movilidad dentro de los bosques al eliminar una importante cantidad de biomasa, el aprovechamiento de un recurso natural renovable y el fomento del empleo en el mundo rural.

En definitiva, ALANTRE no está en contra del uso de la biomasa como medio de generación de energía renovable y sostenible. Al contrario, lo que se demanda es una vocación real de hacer un uso eficiente y realmente sostenible de la energía, reduciendo al máximo la necesidad de energía en las viviendas, aumentando el rendimiento real de la generación de energía, sin olvidar ni la salud, ni el respeto al patrimonio natural.

Anterior
Anterior

Alantre Verdes Equo con la cultura e historia y memoria democrática

Siguiente
Siguiente

La Consejería de Sanidad miente en las listas de espera